MOTIVOS PARA DESENAMORARSE

Insomnio, mi gran enemigo. Me despierta por las noches con su afán de que tome conciencia de que estoy viva, de que cada una de las cosas que acontecen en mis días es para que crezca, para que sea una gran mujer. Que cada parte de mi corazón roto, me llevara a tener un espíritu más fuerte que me guiara sin vacilar a una vida como siempre soñé: FELIZ.

Pero cada vez que comienzo a idealizar esa ansiada y utópica “felicidad”, la realidad toca el timbre de mi casa para recordarme que primero tengo que enfrentar con valor lo que me hiere: el amor.

El Amor es para las personas una parte fundamental, es aquello que nos permite sentirnos íntegros, completos, perfectos. Pero ¿Qué es lo que nos lleva a enamorarnos? ¿Sera la necesidad de dejar de ser uno para entenderse como un todo? ¿Serán las ganas de abandonar el egoísmo de una mente solitaria para volcarse a la aventura de vivir compartiendo los días? El amor nos comprende, nos apoya, nos complementa, nos libera y nos ata; nos mantiene en nuestro eje pero otras veces desequilibra cada parte de nuestro ser. ¿Qué pasa cuando un amor no funciona y se estanca en un pozo que lastima y deja marcas? Estar en pareja es una de las actividades más complicadas que se enfrentan a diario, es lograr dejar de pensar en uno para darle lugar a los pensamientos del otro. Escuche varias veces que las parejas son como las comidas, uno vive buscando sabores que coincidan para lograr una estabilidad,  pero otras veces, y dejándose llevar por la gula, se mezcla con gustos que resultan incompatibles a nuestro gusto, que lo único que aportan es amargura y acidez a nuestro delicado paladar. Es en ese momento, en donde se debe dejar de lado los sentimientos y tomar una cucharada de sinceridad o sincericidio para darle peso a la verdad que todos recalcan: esta relación no funciona.

¿Cómo seguimos? ¿Cómo nos acostumbramos nuevamente a sentirnos incompletos? ¿Cómo empezamos a quitarnos la venda de los ojos para descubrir realmente quien era la persona que amábamos?

Muchas veces nuestras necesidades y falencias, nos llevan a enamorarnos del primer estereotipo de hombre que se nos acerca, sin pensar, que son tantas las heridas que tenemos que cualquier cariño nos causara bienestar y calma. Confiamos en él, le entregamos lo más preciado que tenemos: nuestro corazón, para que lo sane, lo cuide y lo riegue todos los días. Al principio todo es perfecto, el homo-garquen es una raza poderosa, sabe decir todo lo que necesitamos escuchar, posee la conexión directa con nuestra mente y envía los mensajes de textos más hermosos, justo cuando lo pensamos. El destaca cada una de nuestras virtudes y resalta el orgullo que le genera que alguien como nosotras lo acompañe en sus días. Te trae flores 3 veces por semana y te malcría con algunos 2 corazones. Abraza, besa y te hace el amor como nadie. Nunca creíste que ibas a encontrar al indicado. Con miedo pero pensando que alguna vez te tenía que tocar, balbuceas tu primer te quiero; pero él, que está programado a la perfección, susurra en tu oído un…  perdóname, no puedo contener mas lo que siento, Yo te amo.

Sin dudas, el homo-garquen es una de las razas más peligrosas del ecosistema amoroso; son solitarios y se aferran mucho a tu cotidianeidad.  Desde el primer día generan adicción, sentimiento que se irá incrementando a medida de que el espécimen deje de darnos importancia en su vida. Son nocivos, poseen un veneno que nos provoca la sensación de no querer vivir con ellos y sin ellos. Tal vez, si de pequeñas nos hubieran explicado todo esto, podríamos haber salido ilesas de algunas relaciones.

¿Cómo nos alejamos de un homo-garquen? ¿Cómo evitamos salir dañadas de una historia con un final anunciado?

Es sabido que las verdades duelen y que generalmente afloran cuando uno menos lo espera. En el punto más alto de tu enamoramiento, él comenzara a mostrar su verdadero YO; aquel que lo transforma en un ser detestable. Y vos, creyendo que el amor es más fuerte, vas a hacer todo lo posible por intentar cambiarlo.

Comienzan las discusiones, los diferentes puntos de vista y él lentamente va tirándote en la cara una a una las razones para desenamorarte.  Es claro, conciso, no es bueno para nosotras. No quiere algo serio, no está sintiendo lo mismo pero jura que no hay nadie más. Se sintió presionado, no encontraba su espacio, pero llorando dice que nunca va a encontrar a alguien como vos. No es perfecto, hizo lo que pudo, puso lo mejor si para que esta relación funcionara, pero no puede, su vida no es compatible con la tuya y bla bla bla. Podría nombrar cientos y cientos de razones para desenamorarse, pero nada te alcanza. Solo queres volver a sentirte FELIZ como lo hacías con él. Tu mirada se nubla y tu mente colapsa, otra vez un hombre te lastimo.

Te enojas con el mundo, con las parejas y con cada una de las canciones que juntos escucharon. Te acostas y te despertas llorando, las noches son eternas y la cama que te queda grande. Pensas que el amor no es para vos, que hay personas que nacen para ser felices de a dos y otras individualmente. Tal vez, tratas de combatir el insomnio mirando una película o escribiendo. Prometes que no vas a confiar más y que tu mayor prioridad de ahora en adelante será cuidar con vida al órgano que te da vida. Asumís la culpa y sin querer te das cuenta que otra vez estas pensando en él… DESENAMORARTE de alguien no es tarea fácil pero tampoco imposible. Es cuestión de tiempo y ganas, de voluntad y firmeza, de amor y odio, de desamor y recuerdos. DESENAMORARTE de alguien es pensar que su sabor no estuvo a la altura de tu paladar, y que solo dando vuelta la página podrás encontrar nuevos sabores hasta llegar a la combinación perfecta.

Y recuerden que NO SOY TRAGICOMICA, solo trato que lo malo suene un poco mejor.